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miércoles, 17 de agosto de 2011

FMI: "Actuar todos ahora, conjuntamente"

Ayer el FT publicó una entrevista (web, inglés) realizada a la nueva directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

El FMI defiende que el importante legado de deuda pública, que creció más de 30 puntos porcentuales como consecuencia de la crisis de 2009, debe ser combatido restaurando la sostenibilidad fiscal y actuando todos ahora, conjuntamente.

¿Cómo? A través de políticas de consolidación fiscal en el medio plazo (Vg. medidas que mejoran la recaudación de impuestos) mientras que en el corto plazo es fundamental tomar medidas que apoyen el crecimiento y la creación de empleo.

¿Por qué? Para evitar una nueva recesión (la segunda v en la w de la double-dip).

Ayer supimos que Alemania creció cuatro décimas menos de lo previsto (2,8% en 2T vs 5% en 1T), mientas España mantenía un crecimiento del PIB del 0,7% (pdf, en términos interanuales vs 0,8% en 1T) en el segundo trimestre del año.

El EURUSD se mantiene en 1,4390 mientras el Nikkei desciende un 0,59% y el brent cotiza en 109,60 USD/barril

lunes, 4 de octubre de 2010

La consolidación fiscal debe practicarse desde el lado del gasto según el IMF

El jueves pasado el IMF publicó un estudio* (pdf, inglés) sobre las consecuencias macroeconómicas de la consolidación fiscal** en el corto plazo.

Según el estudio, en los casos dónde se cuestiona la solvencia de un país, rebajar el déficit presupuestario de forma estructurada podría contribuir a un aumento de la confianza de familias y empresas en el corto plazo***.

Los principales efectos macroeconómicos, en un plazo de 2 años, para una consolidación fiscal de un 1% del PIB son los siguientes:

1) La consolidación fiscal tiene un efecto negativo en la actividad económica. El PIB se contrae un 0,5%, consumo e inversión un 1% y el desempleo aumenta un 0,3%.

2) Los tipos de interés a corto plazo bajan**** aprox. 20 bps mientras que los tipos de los bonos a 10 años disminuyen unos 15 bps.

3) La reducción del déficit genera una depreciación de la divisa, en términos reales, de un 1,1% y, vía mejora de la competitividad, las exportaciones limitan la contracción de la actividad económica a un 0,5%.

4) Las consolidaciones fiscales basadas en reducción del gasto tienen efectos contractivos menores***** sobre la actividad económica (0,3% en PIB) que aquellas que están basadas en aumentos de impuestos (1,3% en PIB).

5) La reducción del déficit lleva a una reducción de la deuda soberana y de los intereses pagados por esa deuda. Esto aumenta la inversión privada y reduce los impuestos futuros. El efecto estimado de una reducción de la deuda sobre PIB del 10% es de un aumento de la actividad económica en un 1,4% en el largo plazo.

6) Los efectos de una reducción del déficit en un contexto de alto riesgo soberano (V.g. Irlanda, Portugal) son menos contractivos por el aumento de la confianza que conlleva la consolidación fiscal (el PIB cae un 0,4% en promedio).

Como conclusión: las consolidaciones fiscales reducen la actividad económica en el corto plazo pero en un contexto de alto riesgo soberano, realizándolas vía recorte del gasto, con una divisa propia y con apoyos vía política monetaria su efecto contractivo sobre el PIB es menor.

¿Será necesaria una ronda de recortes adicionales en los próximos meses?

*Basado en las consolidaciones fiscales realizadas en economías desarrolladas en los últimos 30 años.
** Reducción del déficit: vía aumento de impuestos o reducción del gasto.
***Desde la perspectiva Keynesiana sólo puede llevar a una reducción de la actividad económica en el corto plazo.
****Esto no es posible en el caso de que los tipos de interés marginales del banco central estén cercanos a 0% (V.g. EEUU). No se considera el efecto del QE.
*****Las reducciones del gasto afectan más a la depreciación de la divisa y a la reducción de tipos de interés que los aumentos de impuestos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

La crisis de deuda en Europa

El pasado 09/10 de mayo de 2010 los ministros de finanzas de la Unión Europea junto con el FMI (Fondo Monetario Internacional) adoptaban una medida inédita tanto por su celeridad como por su cuantía. El mecanismo de estabilización europea, un plan de 750.000 millones de euros para ganar tiempo y evitar el contagio de la crisis Griega a Portugal y España. Un plan enmascarado “para salvar al euro” y que de paso salvaba a los bancos franceses, alemanes, españoles, estadounidenses… tenedores finales de la deuda soberana emitida por los países de la Eurozona en riesgo de contagio.


Dado el elevado déficit público, altas tasas de desempleo y decrecimiento económico (PIB) de algunos países de la Eurozona, el mercado pedía más rentabilidad por asumir su riesgo de crédito y seguir prestándoles dinero.


La quiebra, es decir asumir que los estados no pagarán parte o toda su deuda, hoy por hoy no es una posibilidad. Ante el panorama actual las posibilidades para la recuperación son dos: (1) la devaluación de la divisa y (2) la austeridad fiscal (recorte del gasto primero, y subidas de impuestos después). Porque la deuda ni se crea ni se destruye, se transforma.